Si fueras maestra en 1923, no podrías casarte ni salir de casa por la noche. Tristemente increible…
Parece mentira que hayan pasado menos de 100 años de estos documentos, que demuestran que el ser humano a veces roza lo absurdo. En este contrato de maestras del 1923 -el primer año de la dictadura de Primo de Rivera-, se prohibe a las profesoras casarse, relacionarse con hombres, salir de casa más allá de las 6 de la tarde, o teñirse el pelo…
En este otro comunicado, del año 1937, en plena Guerra Civil y en Mallorca, se multa con importes de hasta 5.000 pesetas, realizar determinadas «actitudes» obscenas. Lo mejor, totalmente ridículo, es la manera de nombrar los genitales: «Aquello» para pene, y «Aquella» para vagina.
¿Qué os parece? ¿Creéis que dentro de 100 años nos escandalizaremos igual, por ejemplo, por la nueva ley del aborto?